Siempre se ha dicho que los caballeros “empiezan a vestirse por los pies” y como tal, hay que atender, cuidar y tratar con mimo a los zapatos. Sean de cordones, de borlas, mocasines o con hebilla, los zapatos no por estar a ras de suelo son menos importantes que cualquier otra prenda, es más, diríamos que precisamente por eso, exigen un mayor cuidado que las camisas, las corbatas o los trajes.
Así pues, he aquí el A, B, C del zapatero; 9 cosas FUNDAMENTALES que cualquier hombre que no sea Tarzán o un indio “piesdescalzos” tiene que saber:
- No debes ponerte los mismos zapatos dos días seguidos. Si te sudan los pies, incluso tres. Y hacértelo mirar…
- ¿Crema de zapatos y lustres de cera? Señores, hay un matiz; la crema es para pieles finas, mientras que el lustre sirve tanto para pieles finas como gruesas.
- Antes de limpiar los zapatos es conveniente dejarlos al sol o en una habitación a temperatura media, igual que el lustre, para que luego penetre más fácilmente en el cuero y sea más fácil pulirlo. De lo contrario será como intentar untar una tostada con mantequilla congelada.
- Cuando apliques el lustre, no olvides la parte inferior de la suela y el tacón de vez en cuando, porque si no pueden rajarse y resquebrajarse. Eso sí, cuidado luego con los resbalones
- Cuanto más tiempo dejes penetrar el lustre en el zapato, más lustre absorberá y tanto mejor. ¿Lógico, no?
- Después del cepillado, que ayuda a penetrar el lustre en los poros de la piel del zapato y elimina lo que sobra, se le pasa un pañuelo para eliminar restos.
- Cuando acabes de usar los zapatos y los vayas a guardar en el armario, siempre ponles unas hormas que les mantenga la forma naturalmente, preferiblemente de madera.
- Con las hormas, los mocasines tiene preferencia sobre los zapatos de cordones.
- Si llueve y te mojas los zapatos, se secan rellenándolos con papel de periódico y poniéndoles después las hormas, nunca acercándolos un radiador o similar porque eso cuartería el cuero.
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