Bautizados en inglés como Monkstrap (por recordar a las sandalias de los monjes, seguramente) es un estilo de zapatos que apasiona o se aborrece, así de sencillo.
Los que los usas hablan de las excelencias de su perfecto ajuste al pie y la facilidad en el abroche que procuran las hebillas, que al contrario que los cordones, no se desabrochan en momentos inoportunos para facilitar culadas y caídas varias.
Sus detractores dicen que son una mariconada.
Preocupándose como se preocupa este blog por salvaguardar la virilidad de según que prendas de ropa, es necesario salir en defensa de este zapato: El zapato de hebilla es cómodo, fiable, seguro y siempre correcto tanto para ocasiones formales como de sport, aportando el toque de originalidad y estilo que por alguna extraña razón gusta a las mujeres. Es muy dificl que a una mujer no le guste como queda un zapato de hebilla, pero ojo, como todo, el zapato debe ser bonito, con una hebilla discreta y hay que saber lucirlo.
Sal a la calle, busca una buena zapatería y pruébate unos zapatos de hebilla. Si no van contigo, seguiras siendo esclavo del dualismo cordones- mocasines; si te gusta como quedan, habrás encontrado una nueva oportunidad de introducir un poco de dinamismo en tu armario. No me des las gracias.
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