El chaqué

Para quien no  haya participado nunca en una ceremonia oficial, como el haber sido ha sido testigo (o víctima) en una boda oficiada en los Jerónimos por el Cardenal- Arzobispo de Madrid, o no haya sido invitado al palco de autoridades en la Pascua Militar, el chaqué, llamado por muchos “traje de pingüino”, puede ser un misterio.

Utilizado en el siglo XIX por la Corte Británica como ropa para montar a caballo, el chaqué ha devenido en la prenda de etiqueta por excelencia. Se utiliza durante el día (por la mañana y hasta el atardecer, entre las seis a ocho de la tarde, más o menos). El negro es el más ceremonioso y habitual, aunque está ganando terreno el gris desde que lo utilizó el Príncipe de Gales en su boda.

Las principales prendas que lo componen son:



- Camisa. Blanca y bien almidonada, de hilo opopelin y con el cuello normal o italiano y sin botones. Puño doble para gemelos, si son de oro, mejor.

- Corbata. Gris, preferiblemente de seda y nudo tipo Windsor. Puede ir adornada por un alfiler de corbata con una cabecita de perla, pero es una absoluta cursilada.

- Chaleco. Gris, de una fila de botones, de corte clásico. Para los entierros deberá ser negro. Para las bodas, gris, en seda piqué. Aunque actualmente está siendo una moda utilizar otros colores, como el amarillo. También puede ser recto, o cruzado de 3 o más botones.



- Pantalón. Gris o negro, listado de finas rayas verticales, y de corte clásico. Si la ceremonia es en verano, de lana fría y si es en invierno, de cheviot.
Sin cinturón y sin vuelta en el bajo.

- Calcetines. Finos de color negro de hilo o seda.



- Zapatos. Negros, lisos y de piel, preferiblemente de cordones. Mates o de poco brillo (no brillo tipo charol).



- Chaqueta. De tipo levita, con faldones separados en su parte delantera y solapas clásicas. Puede ser negro o gris marengo, confeccionado en vigoña, principalmente.