Este y otros muchos son ejemplos de la crueldad satírica del vulgo acerca de la presunta tontura de las rubias, pero los prejuicios contra las rubias esconden un atisbo de realidad. Así lo demostró el psicólogo de la Universidad Internacional de Bremen, Jens Förster. Por medio de un estudio se planteó descubrir como los prejuicios influyen en el comportamiento de las personas. Y como las rubias son tontas a ojos de la sociedad, el estudio demostró que, efectivamente, los prejuicios funcionan. El experimento se llevó a cabo entre 80 estudiantes de la universidad, entre ellas 40 rubias. Las estudiantes fueron sometidos a un test de inteligencia que medía la velocidad y la exactitud de las respuestas. Poco antes, algunas de las voluntarias fueron obligadas a leer una colección de chistes, entre los que, por supuesto, también había de rubias. Según los resultados del test, los chistes surtieron efecto entre las rubias, y, si los prejuicios eran falsos, consiguieron hacerlos realidad provocando inseguridad entre las que se sentían aludidas por la picaresca popular. Las rubitas que habían leído los chistes, no dieron un rendimiento como el de sus compañeras, sino que tardaron más en solucionar las tareas. Sin embargo, las rubias fueron más eficientes en su trabajo. A pesar de no prestar el rendimiento esperado, cometieron menos fallos, es decir, fueron más lentas, pero seguras .
La conclusión del estudio destaca que las rubitas, “tuvieron peores resultados debido a que se esperaba menos de ellas. Ninguna rubia cree que es estúpida", dijo Jens Foerster. "Sin embargo, después de exponerse a estereotipos sociales negativos sobre ellas, las participantes de pelo rubio trabajaron con más lentitud en las pruebas". Föster explicó los resultados diciendo que cuando alguien se le dice que no puede realizar bien una tarea, tiende a trabajar con más lentitud, pero con más cuidado, para tratar de cometer pocos errores. "El estudio muestra que incluso prejuicios infundados, que a menudo se descartan por falsos, pueden afectar la confianza que una persona tiene en sus propias destrezas. A partir de ahí, se podrían encontrar estrategias para ayudar a las personas a luchar contra influencias negativas", concluyó el científico.
Si las rubias son tontas o no, todavía no ha quedado demostrado científicamente. Sin embargo, lo que si demostró Föster, es que la “cruel sociedad” las hace inseguras y, por lo tanto más lentas en reaccionar.
¿chicas fáciles?
Según la cadena alemana Deutsche Welle, el psicólogo Arnold Hinz, del Instituto Pedagógico de Ludwigsburg, se dio cuenta de que junto a las bromas que las acusan de ser poco inteligentes, hay muchas que las señalan como seres demasiado sexuales.
Hinz ha invertido la mayor parte de su tiempo como investigador en desentrañar los estereotipos de hombres y mujeres que transmiten los chistes. Obviamente son caricaturas creadas especialmente para provocar risa, pero el especialista tiene muy claro que de todas maneras reflejan aspectos de la sociedad en que se crean y se cuentan.
Después de buscar en publicaciones varias y en internet, Hinz recopiló cerca de dos mil chistes, 586 de ellos sobre rubias. Además de dejarlas como tontas, los chistes las presentan como ninfómanas o como chicas fáciles. Pero las burlas alcanzan para todos: el resto de las mujeres tienen que aguantar que los chistes las traten de casi esclavas domésticas.
Eso no quita que haya rubias que sí sean tontas. Pero tontas, tontas, tontas....
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