Ya llegó la Navidad y es tiempo de encender la chimenea pero poca gente sabe como se enciende un buen fuego.
Ya sea para emborracharte de coñac enrollado en una manta o para tener sexo sobre la alfombra, el fuego de la chimena es imprescindible en esta fechas. Atento a cómo encenderlo:
Escoge troncos gruesos: Los delgados proporcionan llama mucho antes, pero también se extinguirá rápidamente.
El tronco debe estar seco: de lo contrario dará mucho humo, chisporroteará continuamente, y sólo será origen de molestias innecesarias.
Hay que acercarle una llama de forma continua durante un tiempo hasta que el tronco arda por sí mismo: Normalmente se empieza por quemar algo como papel u hojas secas.
Añade un combustible ligero con más poder calorífico que el papel.
Aporta de vez en cuando algunas ramitas.
Si después de un tiempo, el tronco aún no ha prendido, podemos olvidarnos momentáneamente de él y aprovechar este fuego para quemar algún tronco de tamaño mediano. Este fuego, en la proximidad del tronco grueso, provoca su ignición con casi total seguridad. A partir de aquí, el tronco nos dará su calor, con sólo estar atentos a unos cuantos detalles.
La colocación del tronco es importante, ya que su llama nos tiene que dar calor, por una parte, y tiene que ser fuente, además, de la propia combustión; por esta razón, es importante darle un pequeño giro cuando una parte del tronco se ha consumido.
Otro detalle importante es permitir que entre el aire: el fuego tiene que estar oxigenado. Si le acercamos más combustible, o peor aún, si le aproximamos material ya consumido, sólo conseguiremos ahogar el fuego, y se extinguirá sin remedio.
Si, después de todo, hemos calculado mal el tamaño del tronco, o hemos errado en su colocación, y el fuego se extingue, aún podemos aprovechar las brasas para comenzar de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario